martes, 18 de diciembre de 2007

LAS DESIGUALDADES (Texto para comentarios y debates)

LAS DESIGUALDADES

Por: Carlos Alberto Montaner

Desde hace siglos la Iglesia Católica le tiene declarada la guerra a las desigualdades. En América Latina esa batalla es especialmente intensa. En Costa Rica, los obispos y unos cuantos sacerdotes estuvieron a punto de hacer fracasar el referéndum que discutía el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. El argumento más utilizado era que esos acuerdos beneficiaban a los ricos en detrimento de los pobres. Si se firmaban, alegaban, aumentarían las diferencias entre los afortunados y los desposeídos. No era verdad, pero mucha gente lo creyó.

Quien más ha hecho para establecer una rigurosa medición de la desigualdad es un matemático y estadístico italiano llamado Corrado Gini, muerto en 1965. En 1921 Gini -un connotado fascista- publicó un breve artículo de apenas tres páginas sobre la desigualdad de los ingresos en las naciones y estableció una metodología para ponderar las diferencias. Construyó un índice en el que 0 sería la absoluta igualdad (todas las personas tenían el mismo ingreso), y 1 la absoluta desigualdad (una sola persona acaparaba todos los ingresos). Su índice, aplicado en nuestros días, demuestra que las sociedades escandinavas, absolutamente dominadas por los sectores sociales medios, están situadas entre 0,2 y 0,3 y son las menos desiguales del planeta, mientras las latinoamericanas y africanas, caen, casi todas, entre 0,5 y 0,7. Son las más injustas.

¿Por qué los latinoamericanos, después de 100 revoluciones, mantienen esos niveles de desigualdad? La Iglesia piensa que el fenómeno es producto de la injusta distribución de la riqueza, pero no es verdad. La desigualdad de ingresos es la consecuencia de las diferencias en educación, procedencia (urbana, rural), la estructura familiar y la debilidad del tejido productivo en donde las personas devengan un salario.

Sencillamente, las sociedades menos desiguales son aquellas en las que los trabajadores reciben altos salarios porque producen bienes o servicios valiosos. Un obrero de Volvo puede percibir USD 30 por hora trabajada porque construye unos autos que tienen un alto precio en el mercado. Gana mucho porque produce mucho, no porque los suecos sean más justos. En cambio, no hay manera de que un campesino haitiano reciba un salario decente por cortar caña con un machete.

¿Cómo se construye una sociedad menos desigual? Obviamente, por el mismo procedimiento que se construye una sociedad desarrollada. En el terreno interno, con educación, honradez administrativa, políticas públicas adecuadas, meritocracia, paz social, trabajo fuerte, acatamiento de la Ley, un buen sistema judicial, respeto a la propiedad y estímulo al ahorro. Donde no existe la menor posibilidad de mitigar las desigualdades es con la receta que propone la Iglesia: colocar el acento en el asistencialismo y redistribuir la riqueza creada entre los necesitados.

No hay ningún país que haya dado el salto a la modernidad y al desarrollo tomando ese camino. Es asombroso que, tras 2 000 años de existencia, una institución tan sabia y tan bien intencionada no acabe de aprender la lección.

domingo, 18 de noviembre de 2007

ENFOQUES DE LA POBREZA (Texto lectura obligatoria. Economía. 1er Semestre)


Por: Marco Velasco

Sin duda que la pobreza es quizá el principal obstáculo o problema a superar para salir del subdesarrollo y lograr prosperidad en democracia. Del modo como se enfoque y como se enfrente este problema va a depender el que logremos o no alcanzar los niveles de desarrollo necesarios para garantizar tanto una situación de bienestar compatible con la dignidad humana, como el ejercicio del derecho a la felicidad por parte de todos los habitantes del país.

Las políticas sociales compensatorias, como el “bono de la pobreza” resultan, siempre, tan insuficientes como insostenibles, aparte de que fomentan el clientelismo al que son propensos los políticos en el poder. “¿Quién producirá y mantendrá un crecimiento suficiente para que, en el caso de Brasil, 50 millones de pobres puedan dejar de serlo en virtud de haber sido “adoptados” por el Estado?” Se preguntan los críticos de las políticas sociales compensatorias.

El enfoque de la izquierda.

La izquierda pensante y democrática entiende a la pobreza, principalmente como la privación de bienes y servicios, de capacidades y de derechos resultante de una lógica de exclusión sistémica.

Se entiende como exclusión sistémica al efecto (exclusión de ciertos grupos sociales en función de su origen étnico, de su género, de su edad, de su localización territorial u otras) resultante de la lógica, estructura y funcionamiento de un determinado tipo de organización o sistema económico-social.

El supuesto básico de este enfoque es la existencia de correlación positiva entre exclusión social (variable explicativa) y pobreza (variable explicada). En otros términos se supone que la pobreza es, ante todo, un efecto inevitable del funcionamiento del sistema establecido.

“La causa principal de la violencia urbana no es la pobreza si no la desigualdad social. La desigualdad con pobreza genera por una parte “grupos vulnerables” y por otra “grupos amenazados”, sostenía Gilberto Gil, en su discurso de toma de posesión como Ministro de Cultura de Brasil.[1]

Si se enfatiza o se atribuye mayor peso específico al enfoque de la pobreza como resultado de una lógica de exclusión sistémica, los programas e iniciativas estatales orientados a combatirla, tienen, por lo general, las siguientes características:

a) Atribuyen a la participación de los grupos sociales excluidos y en situación de pobreza, funciones cruciales en el diseño, ejecución y evaluación de los programas y proyectos, con lo que, simultáneamente, se estaría luchando contra la exclusión.

b) Consideran que las políticas y programas sociales desarrollados por el sector público, son indispensables para compensar las distorsiones y desequilibrios consustanciales al sistema socio-económico cuyo funcionamiento genera y mantiene en la pobreza a amplios sectores de la población.

c) Desarrollan políticas y programas orientados, principalmente, a la inclusión social. “Las políticas inclusivas están hoy a la orden del día. Tanto es así que en el marco, o siguiendo la estela, del Foro de Porto Alegre se ha creado un movimiento de “Autoridades locales por la inclusión social”, bajo el argumento consistentemente formulado de que las distintas formas de “exclusión”, (territorial, social, cultural, de género o de edad, de orientación sexual o religiosa, de drogodependientes) favorecen tanto la injusta criminalización colectiva como el miedo difuso del conjunto, es decir generan violencia o crispación en ambas direcciones.”[2]

d) Sostienen que los pobres son sujetos de derechos (alimentación, educación, salud, vivienda, empleo, participación y otros) que el Estado está en la obligación de garantizar.

El enfoque de la derecha.

La derecha pensante y democrática –que también la hay- entiende a la pobreza, principalmente, como resultado de una situación de escaso desarrollo económico.

Este enfoque privilegia o atribuye mayor importancia al desarrollo o, si se quiere, al crecimiento económico, a una alta o baja tasa de inversión, como variable explicativa de la pobreza o de la superación de esta última, los programas e iniciativas inspirados en este enfoque, se caracterizan, en cambio por lo siguiente:

a) Conciben al sector público como facilitador y hasta como promotor del desarrollo económico y de la localización de inversiones.

b) Consideran indispensable el diálogo y la concertación de esfuerzos de los sectores público y privado.

c) Sostienen que promover la competitividad es un rol que corresponde también al Estado. Es un reto, que en condiciones de la globalización e internacionalización de la economía, los estados deben asumir.

Esta última caracterísitica permite superar la visión unilateral del crecimiento económico como único prerrequisito para la superación de la pobreza, puesto que el concepto de competitividad supone una visión multidimensional del desarrollo. Con frecuencia aparecen aquí los conceptos de capital social y capital humano (el software del desarrollo) como factores cruciales, o al menos de similar importancia a la del capital físico o financiero.

Se concibe al desarrollo como una ecuación compleja, como un movimiento sinérgico y e inevitablemente social.

Se sostiene que “... la pobreza no es un problema puramente económico, de falta de crecimiento, ni es un problema de falta de oferta eficiente y suficiente de servicios estatales. La pobreza, en sintonía con lo que nos dijo Amartya Sen, es una falta de capacidad de desarrollar potencialidades y, podríamos agregar, de aprovechar oportunidades.”[3] Y se critica fuertemente a las concepciones que centran sus esfuerzos en las políticas sociales compensatorias “¿Quién producirá y mantendrá un crecimiento suficiente para que, en el caso de Brasil, 50 millones de pobres puedan dejar de serlo en virtud de haber sido “adoptados” por el Estado? Se preguntan los críticos de las políticas sociales compensatorias.

Para el caso del Ecuador cabría preguntarse sobre la sostenibilidad financiera del bono de desarrollo humano y de los diversos subsidios no debidamente focalizados.

El enfoque asistencialista de la pobreza.

La pobreza como un estado de carencias e insatisfacción de necesidades básicas es el que, tradicionalmente, ha orientado la formulación y ejecución de políticas públicas cuyo propósito es atenuar sus efectos más críticos.

Es decir la pobreza como un hecho de la realidad que el sector público debe asumir por razones morales. Esta es la concepción de pobreza que se maneja con mayor frecuencia para la formulación de políticas y programas gubernamentales, de corte asistencial, orientados a combatirla y se expresa en esfuerzos de provisión gratuita de bienes y servicios a los sectores y áreas de la población con mayores carencias. Podrían incluirse aquí las situaciones de emergencia social que los diversos organismos públicos, locales y nacionales, tradicionalmente atienden.

La necesidad de un enfoque integral.

Evidentemente que los enfoques de la pobreza, aquí brevemente descritos, no son excluyentes y pueden, perfectamente, ser complementarios.

Sin embargo un enfoque integral para combatir la pobreza requiere una concepción integral del desarrollo.

Es posible y necesario utilizar como referente conceptual en la formulación de políticas y programas locales para combatir la pobreza, la concepción del Desarrollo Humano creada por el PNUD, que define a este último como el “... incremento de las capacidades y opciones de las personas, a través de la formación de capital social, como medio para lograr equidad y lograr la satisfacción de las necesidades de las actuales generaciones sin comprometer a las futuras”[4]

Concepción que además tiene la ventaja de que es operativa, dicho de otra manera, tiene la ventaja de que puede medirse a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH) que, inicialmente, era igual a la sumatoria no ponderada de tres indicadores: esperanza de vida, escolaridad e ingreso real y que es susceptible de incorporar otras variables o indicadores que se consideren significativos para el desarrollo humano, tal como ha sido definido. De hecho ya se han incorporado al IDH indicadores del grado de libertad humana, de la equidad de género y de la sustentabilidad ambiental.


[1] Citado por Jordi Borja en “Seguridad ciudadana: un desafío para las políticas locales” artículo publicado en el Magazín Gobernanza y Seguridad Sostenible en www.iigov.org

[2] Ibíd.

[3] DE FRANCO, Augusto. “Pobreza y desarrollo local” Colección de Documentos. Publicación editada por el Instituto Internacional de Gobernabilidad, en el marco del Proyecto LAGNIKS (Red y Sistema latinoamericanos de Información y Conocimiento sobre Gobernabilidad y Desarrollo Humano), con el patrocinio del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Generalitat de Catalunya (Gobierno Autónomo Catalán). www.iigov.org[4] PNUD. Desarrollo Humano. Informe 1992. Tercer Mundo Editores. Bogotá, Colombia. 1992.

domingo, 11 de noviembre de 2007

¿CÓMO SE HACE UNA HIPÓTESIS? (Texto lectura obligatoria. Métodos. 5to Semestre)

¿CÓMO SE HACE UNA HIPÓTESIS?

Por: Hugo Müler.

Cuando se emprende una investigación científica, al postular o formular una hipótesis conviene remitirse al sentido original y común de la palabra, entendida como suposición o conjetura provisional acerca de algún fenómeno u objeto de estudio, y que tiene como función principal delimitar el problema a investigar, teniendo en cuenta algunas variables que naturalmente refieren a las características propias del fenómeno investigado.

Desde una perspectiva etimológica, el término hipótesis deriva del griego, upo, que significa 'lo que se pone a la base de algo', lo cual remite a la idea de apoyo de algo, en el mismo sentido del término latino suppositio, suposición. Esta definición permite un primer acercamiento intuitivo al concepto de hipótesis y su utilización en el campo científico. Por lo general, se formula una hipótesis como una forma de predicción que describe de un modo concreto lo que se espera sucederá con determinado objeto de estudio si se cumplen ciertas condiciones (por ejemplo, al lanzar un plan piloto escolar que incorpora nuevos métodos didácticos).

Es a Galileo Galilei a quien se le adjudica la creación del método experimental hipotético-deductivo, del cual deriva el empleo consciente de las hipótesis y su inserción orgánica y funcional en el método científico. En la lectura de Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo (1632) y Discorsi et dimostrazioni matematiche intorno a due nuove scienze se plantean los pasos a seguir en el desarrollo de una investigación científica, que en síntesis son los siguientes:

1) Se determinan los datos de observación.
2) El investigador concibe una hipótesis explicativa de los datos observados.
3) El investigador desarrolla algunas consecuencias o efectos concretos que derivan de la hipótesis formulada.
4) Trata de averiguar experimentalmente si estas consecuencias que ha inferido responden a hechos reales.

Formulación de hipótesis

En la formulación de la hipótesis se deben emplear términos claros y concretos, de modo que puedan ser definidos de modo operacional, a los fines de que otros investigadores puedan refutar o corroborar la investigación realizada. Por lo tanto, toda hipótesis, en el campo de la investigación científica, debe estar sujeta a referencias y a una contrastación empírica. Por otra parte, deben ser objetivas y no se pueden incluir en ellas juicios de valor, del tipo que tal elemento o condición es "mejor o peor" que otro, sino simplemente plantearse tal como el investigador objetivamente postula que el fenómeno estudiado sucede en la realidad.

Otro punto importante en la formulación de la hipótesis es la especificidad, de tal modo que se determinen los indicadores a emplear para medir las variables estudiadas. Asimismo, la hipótesis debe ser afín con los recursos y las técnicas de investigación disponibles, puesto que de su alcance y limitaciones dependerá la comprobación de la misma, y a la vez, debe sostenerse a partir del marco teórico empleado en la investigación, el cual brinda un soporte también para el análisis una vez que se inicie el proceso de contrastarla con los datos derivados de la metodología empleada para su contrastación. Es así que la hipótesis debe ayudar a la explicación de los fenómenos estudiados a partir de las relaciones que establece entre variables.

Tipos generales de hipótesis:

Hipótesis nula: La hipótesis nula se utiliza en toda investigación en que se estudian las características de dos o más grupos, siendo aquella que establece que no existen diferencias significativas entre los grupos. Por ejemplo, un investigador se propone verificar una hipótesis, la cual sostiene que la práctica de ajedrez mejora el rendimiento escolar de los alumnos de escuela primaria. Para ello, divide al azar una muestra de niños en dos grupos: uno que denominará experimental, el cual recibirá clases intensivas de ajedrez durante un mes, y otro que se llamará grupo control, que no recibirá clases del "juego ciencia". En este caso, la hipótesis nula será aquella que postula que no habrá diferencias en el rendimiento escolar entre el grupo que recibió las clases y el que no la recibió.

La importancia de la hipótesis nula radica en que es de directa comprobación, o sea, se acepta o se rechaza según el resultado de la prueba realizada, además de contribuir a determinar las diferencias entre los grupos sometidos a prueba (el experimental y el de control), y si dichas diferencias son significativas.

Hipótesis conceptual: Es la hipótesis que se formula en base al marco teórico aplicable al problema de investigación, y debe explicar desde alguna perspectiva el fenómeno estudiado.

Este tipo de hipótesis orienta la investigación focalizando el problema como base para la búsqueda de datos que la corroboren o refuten, y debe ser acorde con los objetivos propuestos.

Se puede enunciar como relación causal o determinante derivada del planteamiento del problema, e implicar variables comprendidas en el marco teórico.

Hipótesis de trabajo: Es la hipótesis que responde a las inferencias o creencias del investigador, es decir, aquella que utilizará para dar una explicación al fenómeno investigado, y que de algún modo se contrapone a la hipótesis nula. En otros términos, la hipótesis de trabajo es operacional, ya que muestra cuantitativamente lo planteado en la hipótesis conceptual.

Hipótesis alternativa: En toda investigación científica resulta más que conveniente proponer una hipótesis alternativa en la cual se incluyan variables independientes distintas de las que aparecen en la hipótesis de trabajo. De este modo se podrá contar con respuestas alternativas al problema de investigación, que tomen en cuenta otras variables y condicionamientos que también deberían estar sujetos a una comprobación.

Hipótesis estadística: En el campo de la utilización y aprovechamiento de la estadística, las decisiones se toman siempre sobre determinadas hipótesis. La eficiencia de las campañas publicitarias o de los proceso de producción se fundan en criterios numéricos, y tales hipótesis se expresan en función de parámetros estadísticos. En el análisis de todo problema de investigación, la contrastación de una hipótesis dada se realiza aceptando o negando una alternativa lógica. Cuando se estudian fenómenos que obedecen a leyes estadísticas se busca establecer relaciones numéricas bastante regulares, siendo más significativa esta regularidad cuando mayor es el número de fenómenos o la población (el alcance de su carácter cuantitativo), perdiendo validez el criterio estadístico cuando la muestra tiende a ser poco representativa desde una perspectiva numérica: Las condiciones que se requieren para aplicar hipótesis estadísticas son las siguientes: a) una gran masa de elementos, b) independencia de estos entre sí, c) el establecimiento de una relación de causalidad.

Hipótesis causal: Toda hipótesis plantea una relación funcional entre variables. Esta relación puede ser causal, cuando una variable produce un efecto determinado sobre otra variable, o correlacional (cuando las variaciones de una se relacionan de algún modo con las variaciones de la otra). En una hipótesis que sustenta una relación causal, las variables se llaman dependiente e independiente. La variable que se supone causa el efecto en la otra -manejada por el investigador-, es la variable independiente, y sobre la que se produjo el efecto es la variable dependiente. La modificación entonces de la variable independiente produce un cambio en un parámetro (probabilidad, magnitud o frecuencia) en determinada variable dependiente. Cuando se pretende contrastar una hipótesis causal, el cambio que una variable produce en otra, se deben modificar los valores de la primera variable, independiente, y registrar si los valores de la segunda variable cambian en consecuencia. Un ejemplo de hipótesis causal sería: "La rebaja del precio de las entradas a las canchas de fútbol produce un aumento de los concurrentes a los estadios".

Hipótesis correlacional: La formulación de hipótesis correlacionales supone la evaluación de la relación entre variables. La investigación correlacional tiene de por sí un valor explicativo, ya que saber que dos conceptos o variables se relacionan de determinada manera, aporta información explicativa que establece una relación entre variables (en una correlación que puede ser múltiple), sin necesidad de plantear cómo se dan estas asociaciones. En una hipótesis correlacional, por lo tanto, no importa tanto el orden en que se coloquen las variables. A determinadas condiciones de prueba o contrastación, se busca ver cómo se comportan las variables objeto de estudio.

Las hipótesis también se diferencian de acuerdo con el tipo de investigación al cual responden o desde donde son formuladas.

En las investigaciones exploratorias el objetivo suele ser más modesto en términos científicos, y se trata simplemente de obtener datos que permitan la formulación o la elaboración de una hipótesis. Por tanto, una hipótesis planteada en una investigación exploratoria puede resultar más flexible y ser un tanto menos precisa. Si bien existen metodólogos que niegan la posibilidad de plantear una hipótesis en investigaciones exploratorias -ya que al tratarse la investigación de un objeto de estudio en principio desconocido por el investigador, por consiguiente no pueden establecerse hipótesis de un fenómeno desconocido-, otros autores clasifican a estas hipótesis como heurísticas, que están propuestas con el fin de encontrar algo nuevo o descubrir otras hipótesis más generales o sugestivas. Presentamos a continuación un ejemplo de una hipótesis que se da en el marco de una investigación exploratoria que tiene como objeto de estudio a las empresas de Internet chilenas, y el volumen de operaciones que concretan a través de e-commerce, siendo la hipótesis la siguiente: "Las empresas .com chilenas no han desarrollado estrategias para aumentar el caudal de operaciones que realizan por Internet".

Las investigaciones descriptivas presentan hipótesis más precisas, y por lo general dan cuenta de diferentes tipos de relaciones. A continuación describimos en forma sucinta cuáles son las hipótesis que es posible formular en una investigación descriptiva. En principio, la relación se da a partir de determinadas características que presenta el objeto de estudio, por ejemplo, "en las zonas más empobrecidas de México hay un notorio rezago educativo y altos índices de analfabetismo". También, en este tipo de investigación, la hipótesis puede plantear una relación del tipo "X pertenece a Y o a Z". En este caso, se describe al objeto de estudio incluyéndolo en un orden superior. Un ejemplo de esta relación se manifiesta en la siguiente hipótesis: "Los funcionarios y directivos de organismos públicos en la Argentina aplican los mismos criterios y políticas administrativas en boga en el ámbito privado (las mismas recetas neoliberales)". Por último, la hipótesis de una investigación descriptiva se puede construir a partir de una relación entre variables, en una ecuación del tipo "X produce (o afecta) a Y de determinada manera", y un ejemplo de este tipo de relación planteada en una hipótesis sería "En Venezuela, el nuevo régimen aduanero y el control ejercido por las nuevas leyes tributarias reducen los casos de contrabando".

Es en las investigaciones explicativas donde resulta imprescindible formular con suma claridad las hipótesis de la investigación, dando cuenta de las variables intervinientes, su conexión y su incidencia en el fenómeno investigado. En el desarrollo de una investigación explicativa, antes de formular la hipótesis se debe evaluar la adecuación del marco teórico utilizado, asegurarse de que se hace una utilización lógica de dicho marco y tener en cuenta las técnicas de investigación a emplearse en la conformación de la hipótesis. Generalmente, al intervenir dos o más variables, en la formulación de la hipótesis se suele recurrir a la estructura "si se da tal condición, entonces se producirá determinado efecto o resultado", si X, entonces Y, bajo las condiciones R y S. A continuación, un ejemplo de este tipo de relación, que es la más compleja que se da en las investigaciones explicativas: "La situación de desempleo, el aumento de las olas inmigratorias, y la mejoría de las condiciones laborales en las Fuerzas Armadas Españolas ha provocado un aumento de los inscriptos a ingresar como soldado profesional en los últimos años".

Bibliografía

Coraminas, Joan. Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Gredos, Madrid, 1997.
Sabino, Carlos A. El Proceso de Investigación. Buenos Aires. Ed. Lumen - Humanitas. 1996.
Tenorio Bahena, Jorge. Investigación Documental. 3ª ed. México. Ed. Mac Graw - Hill. 1988
Tamayo, Mario. El Proceso de la Investigación Científica. 3ª ed. México Ed. Limusa S.A., 1998.

viernes, 26 de octubre de 2007

PROGRAMA DE MÉTODOS CUANTITATIVOS

MATERIA: MÉTODOS Y TÉCNICAS CUANTITATIVOS I (Quinto Semestre)

Unidad Temática 1: Introducción

1.1. El escepticismo como principio de la actividad científica
1.2. Lo cuantitativo en ciencias sociales
1.3. Tipos de hipótesis
1.4. Verificación de hipótesis mediante indicadores

Unidad Temática 2: Los indicadores
2.1. Definición de indicador
2.2. Variables e indicadores
2.3. Tipología de variables
2.2. El deber ser de los indicadores
2.3. Tipología de indicadores

Unidad Temática 3: Proyectos sociales e indicadores
3.1. Definición de proyectos sociales
3.2. El ciclo de los proyectos sociales
3.3. La evaluación de proyectos e indicadores
3.4. Formulación de problemas y formulación de objetivos en proyectos sociales
3.5. Línea de base, monitoreo y evaluación de impactos o resultados

Unidad Temática 4: Construcción de indicadores
4.1. Hipótesis e indicadores
4.2. Objetivos e indicadores
4.3. Matriz para la construcción de indicadores
4.4. Ejercicios de construcción de indicadores

REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS

VELASCO, Marco y MONTALVO, Viviana. Manual de formulación, evaluación y seguimiento de Proyectos de Desarrollo Humano Sustentable

Enciclopedia Multimedia Interactiva y Biblioteca Virtual de las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas, EMVI. Manual Básic. http://www.eumed.net/cursecon/index.htm

EL PROFESOR

Marco Velasco
Magíster en Ciencias Sociales.

PROGRAMA DE MÉTODOS Y TÉCNICAS CUANTITATIVAS

SEXTO SEMESTRE

Unidad Temática 1: Índices de precios e inflación

1.1. Números índices

1.2. Los índices de precios

1.3. La tasa de inflación

1.4. Precios reales y precios nominales


Unidad Temática 2: Hipótesis e indicadores estadísticos.

2.1. Tipos de hipótesis
2.2. Qué es una muestra y como se construye
2.3. Muestreo probabilístico y no probabilístico
2.4. Variables y datos en estadística: variables cuantitativas: discretas y continuas; variables cualitativas o atributos: ordinales y nominales; otras clasificaciones de variables: unidimensionales. Bidimensionales, multidimensionales; escala de medición de variables
2.5. Organización de los datos

Unidad Temática 3: Proyectos sociales e indicadores

3.1. Definición de proyectos sociales
3.2. El ciclo de los proyectos sociales
3.3. La evaluación de proyectos e indicadores
3.4. Formulación de problemas y formulación de objetivos en proyectos sociales
3.5. Línea de base, monitoreo y evaluación de impactos o resultados

Unidad Temática 4: Introducción a la sociometría.

4.1. Concepto de Sociometría
4.2. El test sociométrico
4.3. Los indicadores sociométricos.
4.4. Los sociogramas.

REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS

NÚÑEZ DEL PRADO, Arturo. Estadística básica para planificación. Ed. Siglo XXI

RUSSELL, Bertrand. El conocimiento humano. Ed. Taurus. 1977 (Parte V, capítulos I Y II)

BARRANCO SAIZ, Francisco Javier. Marketing político. Ed. Pirámide. Madrid. 2003

GARCÍA FRONTI, Verónica. Proyectos. Nociones Básicas. Omicrom System S.A., 2003.

ARRUGA i VALERI, Artur. Introducción al test sociométrico. Ed. Herder. Barcelona, 1979.

VELASCO, Marco. Manuel de formulación, evaluación y seguimiento de Proyectos de Desarrollo Humano Sustentable. Ed. Municipio de Quito, 2003.

YAMANE, Taro. Estadística. Ed. Harla. México 1973

Enciclopedia Multimedia Interactiva y Biblioteca Virtual de las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas, EMVI. Manual Básic. http://www.eumed.net/cursecon/index.htm

EL PROFESOR

Marco Velasco
Magíster en Ciencias Sociales.


PROGRAMA DE ECONOMÍA I

MATERIA: ECONOMÍA I (PRIMER SEMESTRE)

Unidad Temática 1: La Economía como ciencia
1.1. El escepticismo como principio de la actividad científica
1.2. Economía y necesidades humanas. La pirámide de necesidades de Maslow.
1.3. La ley de la escasez
1.4. Los problemas económicos fundamentales
1.5. La frontera de posibilidades de producción

Unidad Temática 2: Objeto y método en Economía
2.1. Producción y distribución
2.2. Micro y macro economía
2.3. Teorías, leyes y modelos económicos
2.4. El método inductivo-deductivo en Economía

Unidad Temática 3: Historia económica de la humanidad
3.1. Economía natural y economía mercantil
3.2. El excedente económico
3.3. Cazadores y recolectores
3.4. La revolución neolítica
3.5. La economía de mercado

Unidad Temática 4: Teorías del valor
4.1. La teoría del valor trabajo
4.2. Valor y precio
4.3. La teoría de la utilidad marginal
4.4. Utilidad y equidad
4.5. El consumo y los consumidores

Unidad Temática 5: El mercado y la teoría de los precios
5.1. La función de los precios en el sistema económico
5.2. Las curvas de oferta y demanda
5.3. El modelo de competencia perfecta y el precio de equilibro
5.4. Bienes públicos y monopolios naturales
5.5. La elasticidad-precios de la demanda
5.6. La imperfecciones del mercado

Unidad Temática 6: El dinero
6.1. Historia del dinero
6.2. Las funciones del dinero
6.3. Las formas del dinero.
6.4. El sistema del patrón oro
6.5. Estabilidad de precios y dolarización
6.6. Factores determinantes de la evolución de los precios
6.7. Inflación, hiperinflación e índice de precios
6.8. Dinero y tipos de interés

Referencias Bibliográficas

PASCHOAL ROSSETTI, José. Introducción a la Economía. Enfoque latinoamericano. Ed. Harla, México. 1993
Enciclopedia Multimedia Interactiva y Biblioteca Virtual de las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas, EMVI. Manual Básic. http://www.eumed.net/cursecon/index.htm

EL PROFESOR

Marco Velasco
Magíster en Ciencias Sociales.

CIENCIAS Y CREENCIAS (Texto para comentarios y debates)

Buenas y malas razones para creer

Por: Richard Dawkins

Querida Juliet:

Ahora que has cumplido 10 años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mi es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de una de esas estrellas, el Sol?

La respuesta a esas preguntas es "por la evidencia". A veces, "evidencia" significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que una cosa es cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente como para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El "lucero del alba" parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama "observación".
Muchas veces, la evidencia no sólo es pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en un conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó.
No demuestra que cometiera el asesinato, pero además pueda ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y d repente se da cuenta que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato.

Los científicos -especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se llama predicción. Por ejemplo si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar a mismo punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: "Si de verdad tiene el sarampión, debería ver...." y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene el sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar "Diagnóstico que la niña tiene sarampión". A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para complementar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos.

La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas del mundo es tan ingeniosa y complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer cualquier cosa: se llaman "tradición", "autoridad" y "revelación".

Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con unos 50 niños. Estos niños invitados habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs...El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por "tradición". Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y de sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. Decían cosas como "los hindúes creemos tal y cual cosa", "los musulmanes creemos esto y lo otro", "los cristianos creemos otra cosa diferente".

Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón. Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir sus diferencias. Pero no es esto lo que me interesa de momento. Lo que quiero es preguntar de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la trasmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces, las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventara en algún momento, como tuvo que ocurrir con las ideas de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean muy antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque mucha gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición.

El problema con la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se trasmita durante siglos, por muchos siglos que sean.
En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia Anglicana, que no es más que una de las muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana y la metodista. Cada una cree cosas diferentes. La religión judía y la musulmana son un poco más diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen cosas ligeramente distintas, de manera que se podrá pensar que tienen muy buenas razones -evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones.

Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no murió, sino que fue elevada al cielo con su cuerpo físico. Otras tradiciones cristianas discrepan, diciendo que María murió como cualquier otra persona. Estas otras religiones no hablan mucho de María, ni la llaman "Reina del cielo", como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es muy antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió; de hecho, a la pobre mujer apenas se la menciona en la Biblia. Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se inventó hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente empezó a tomársela en serio, sólo porque la historia se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. Cuanto más antigua es una tradición, más en serió se la toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia Católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tienes tú ahora. Pero la historia no era más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María.
Al final de esta carta volveré a hablar de la tradición, para considerarla de una manera diferente. Pero antes tengo que hablarte de la otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación.

La autoridad, como razón para creer algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. En la Iglesia Católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa, y la gente cree que tiene que tener razón sólo porque es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan.

Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que en 1950 el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueron ciertas y otras no fueron ciertas. No existe ninguna razón válida para creer que todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes porque creer todo lo que te diga cualquier otra persona. El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de sus hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como a él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la sobrepoblación.

Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. Esto podría parecer "autoridad" pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar dicha evidencia siempre que lo desee. Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María.

La tercera mala razón para creer en las cosas se llama "revelación". Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que "se le había revelado". Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensado, siempre solo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen la sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que sea así, llaman a esa sensación "revelación". No sólo los Papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que creen. Pero ¿es una buena razón?

Supón que te digo que tu perro ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: "¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido?" y supón que yo te respondo: "En realidad no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto". Te enfadarías conmigo por haberte asustado, porque sabes que una "sensación" interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto.

A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque si no, nunca podrás confiar en cosas como "mi mujer me ama". Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien te ama. Si estás con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. No se trata de una pura sensación interior, como la que los sacerdotes llaman revelación. Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas en los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es autentica evidencia.

A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una firme convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrellan siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones interiores tienen que estar respaldadas por evidencias; si no, no podemos fiarnos de ellas.

Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una "corazonada" acerca de una idea que, de momento, sólo "le parece" acertada. En sí misma, ésta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias.

Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarla de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para sobrevivir en las llanuras de África. Los cangrejos de mar están construidos para sobrevivir en agua salada. También las personas somos animales, y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de... otras personas. La mayoría de nosotros no tienen que cazar su propia comida, como los leones y los bogavantes; se las compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un "mar de gente". Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar de está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles de aprender. Como el idioma.

Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite hablar en su "mar de gente". El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es a dog. En Alemania, es ein Hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o más verdadera que la otra. Las dos se transmiten de manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio "mar de gente", los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fuera papel secante, una enorme cantidad de información tradicional (Recuerda que "información tradicional" significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos.) El cerebro del niño tiene que absorber toda esta información tradicional, y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales.

Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información tradicional, es probable que tiendan a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido o incluso maligno, ¿cómo pueden evitar que el niño se lo crea también? ¿Y que harán esos niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro que contárselo a los niños de la siguiente generación. Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa -aunque sea completamente falsa y nunca existan razones para creérsela-, se puede seguir creyendo para siempre.

¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo un padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre..., ninguna de estas creencias está respaldada por pruebas auténticas. Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyeran cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa.

Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyesen en ellas cuando eran niños. A los niños musulmanes se les dice cosas diferentes de las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopalianos, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros están equivocados. Creen cosas diferentes exactamente por las mismas razones por las que tú hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de los dos idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una de ellas sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte.
¿Qué se puede hacer con todo esto? A ti no te va a resultar fácil hacer nada, porque sólo tienes 10 años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que alguien te diga algo que parezca importante piensa para tus adentros: "¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan.

Te quiere,

Papá.